viernes, 10 de febrero de 2017

Del ¿quién soy yo para juzgar? al ¡júzgate tú mismo!

A fornicar que se acaba el mundo...
P. Javier Olivera Ravasi


Tomado del Blog amigo "Que no te la cuenten"


[QNTLC] Ayer nuestro compañero en InfoCatólica Luis Fernando Pérez Bustamante daba noticia de la presentación del nuevo libro del cardenal español Luis Martínez Sistach, en el cual textualmente dice respecto de quien se ha casado por Iglesia, separado (o divorciado, da igual) y nuevamente emparejado con otro:

«El discernimiento en divorciados y vueltos a casar ha de considerar aspectos del anterior matrimonio y la nueva unión. Si en algún momento, el interesado, en conciencia y ante Dios, constata que se da alguna circunstancia que hace que a la situación objetiva de pecado no le corresponde imputabilidad subjetiva grave, se puede acceder a los sacramentos».

Es graciosa la expresión de «el interesado en conciencia», pero lo dejamos ahí, porque varios ablativos se nos ocurren luego de la preposición, pero es privilegio laical el aplicarlos. 

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