Mujeres cautivas, conciencias arrasadas (I)
M. Virginia O. de Gristelli
No ver los sensacionales destrozos que ha causado el pensar que el mundo es bueno, que el demonio no es un «león rugiente, que busca a quien devorar», y que los términos «enemigos» o «combate» resultan altisonantes en un alma que ansía la paz de Cristo para toda la Creación, no ver las taras que ha traído a miles de almas este tipo de razonamiento, es sencillamente necedad, y aunque «el número de los necios sea infinito»(Ecl. 1, 15), no es consuelo para quienes aman la Verdad, considerando que ésta es el fin del universo, Alfa y Omega, porque su nombre es Cristo.
Sobre el XXV Encuentro de Mujeres Autoconvocadas (I)
“No se vive ya más que para sí mismo. La emancipación
femenina (...) no quiere liberarse del hombre, sino
del hijo, de la carga de los hijos, y la emancipación
masculina de esa misma época rechaza, a su vez,
los deberes para con la familia, la nación y el Estado”.
(Oswald Spengler)
“Todos los que militáis / debajo de esta bandera,
ya no durmáis, no durmáis, / pues que no hay
paz en la tierra”.
(Sta. Teresa de Jesús)*
Enterarse del tema: Hace días ha finalizado el
XXV Encuentro de Mujeres Autoconvocadas que se desarrolla hace 25 años en la Argentina, esta vez realizado en Paraná. Este tipo de Encuentros es en realidad convocado, orquestado, difundido sobre todo a través de una estrecha y aceitada
red de organizaciones feministas de izquierda, no sólo de partidos políticos sino de agrupaciones universitarias e “independientes” (sic), como “la expresión más importante de las luchas que venimos desarrollando desde nuestros lugares de inserción: fábricas, talleres, casas, barrios, escuelas, hospitales, universidades, ciudades. En ellos intercambiamos las experiencias entre todas las mujeres de un punto a otro del país” (
http://www.25encuentromujeres.com.ar/site/), abordando durante esos días problemáticas vinculadas según ellas a la “violencia, la discriminación laboral, la trata de niñas, la exclusión de los espacios de poder, problemáticas que se hacen carne en las mujeres de toda laya, adquieren otro cariz en la puesta en común que deriva en experiencia, en acuerdo, en
debate polémico, en organización y acción”.
Por supuesto que cada término debe ser leído en clave feminista, comprendiendo aborto, anticoncepción, homosexualidad “sin represión”, derecho a asesinar al hijo hasta quién sabe qué mes de vida bajo la excusa de “estado puerperal” (como de hecho ya se encuentra con media sanción legislativa en nuestro país), etc. etc…
Dicho en pocas palabras, una de las iniciativas de subversión cultural masiva de mayor relieve en los últimos años, que podría compararse a lo que, en el terreno “artístico-degenerativo”, ha sido el fenómeno de “Woodstock” con todas sus variantes americanas. El fin es el mismo, y ambos fenómenos pueden inscribirse en el contexto gramsciano de cultura “de masas” tendiente a cambiar radicalmente el sentido común y por supuesto, el orden social cristiano, principal enemigo.