lunes, 17 de diciembre de 2012

La tendencia tradicional en la Iglesia Católica según "The Economist"

La tendencia tradicional en la Iglesia Católica según "The Economist"


Excelente artículo de "The Economist" que pone en la mira el resurgimiento de la Tradición Católica -combatida desde hace mucho tiempo en el seno de la Iglesia-, que desconcierta tanto a liberales como a progresistas. Su máximo impulsor es el Papa Benedicto XVI junto con un nutrido grupo de Cardenales y Obispos llenos de celo evangelizador.  


15 de Diciembre de 2012 | de la Edición impresa.- Desde el Concilio Vaticano II en 1962 la Iglesia Católica Romana se ha esforzado mucho para adaptarse al mundo moderno. Sin embargo en Occidente los creyentes se han alejado de manera masiva, a pesar de que muchos abrigaban esperanzas de que un mensaje modernizado sería mejor recibido. Por ejemplo, la concurrencia a la Misa dominical en Inglaterra y Gales se ha desplomado a la mitad desde los 1.8 millones registrados en 1960 y la edad promedio de los parroquianos ha subido de 37 años a 52 en la actualidad.

En  los Estados Unidos esta concurrencia ha declinado más de un tercio desde 1960; en Francia menos del 5% de los católicos atienden regularmente a la Misa, y en Italia lo hace sólo el 15%.

Sin embargo, mientras la corriente principal se desvanece, los seguidores de la tradición católica crecen.

Tomemos por ejemplo la Misa en latín, abandonada por el Concilio en 1962 y reemplazada por la liturgia en lengua vernácula: en el rito tradicional, el sacerdote consagra el pan y el vino en un susurro con la espalda hacia la congregación. Una especie de anatema para los que piensan que la apertura es el espíritu de los tiempos, pero no para el sacerdote norteamericano John Zuhlsdorf que mantiene un blog y explica que así se vivifica y estimula a los orantes, a diferencia del facilismo liberal o progresista que se presenta en las  ceremonias ordinarias: "Esto no es una asamblea escolar", explica.

Otros comparten su entusiasmo. La Latin Mass Society de Inglaterra y Gales, constituida en 1965, tiene hoy más de 5000 miembros, y el número de Misas semanales en latín en esos países ha aumentado de 26 en 2007 a 157 en la actualidad, y en los Estados Unidos, de 60 en 1991, a 420. 

En el Brompton Oratory, plaza fuerte del tradicionalismo londinense, 440 personas llenan el lugar para la Misa en Latín cada domingo; esto es el doble que la iglesia más llena de toda Inglaterra. Las mujeres lucen sus mantillas y los hombres concurren con saco.

Sin embargo no es un pasatiempo anacrónico: la congregación es joven e internacional, y el tradicionalismo católico está atrayendo gente que ni siquiera había nacido cuando el Concilio Vaticano II intentaba rejuvenecer a la Iglesia. Los grupos tradicionalistas tienen miembros en 34 países, incluyendo a algunos tales como Hong Kong, Sudáfrica o Bielorrusia. Juventutem, un movimiento de jóvenes católicos que promueven las antiguas formas, declara tener muchos activistas en una docena de países. Los tradicionalistas usan blogs, websites, y redes sociales para difundirse y también para poner bajo el foco a las diócesis y administradores diocesanos liberales mas recalcitrantes, que a su vez ven a los latinistas como una minoría autoindulgente, anacrónica y afectada. En Colombia, 500 personas que deseaban la Misa tradicional debían usar un salón comunitario para celebrarla (más tarde encontraron una iglesia para poder hacerlo).

En este sentido un gran cambio ocurrió en 2007 cuando el Papa Benedicto XVI formalmente aprobó el uso del antiguo rito para la Misa. Hasta ese momento el afecto por los viejos rituales podían arruinar la carrera de un clérigo. La causa también recibió un nuevo empuje a causa de la constitución del Ordinariato Anglicano, creado por el Vaticano para las docenas de sacerdotes que "cruzaron el Tíber" desde la High Church, muy apegada a sus viejas tradiciones. Ellos encontraron una muy afectuosa bienvenida entre los tradicionalistas católicos romanos.

El retorno de los viejos ritos causa una sorda consternación entre los católicos modernistas. Timothy Radcliffe, alguna vez cabeza de los Dominicos de Inglaterra ve en esto "una especie de nostalgia propia de Brideshead Revisited". El revival tradicionalista es, según él, una reacción contra el "progresismo liberal de moda" en su generación, y que algunas oscilaciones pendulares "son inevitables".

Sin embargo, para la jerarquía de la Iglesia en Occidente, golpeada por los escándalos y la declinación, la aparición de esta vanguardia tradicionalista es inquietante, y genera el cuestionamiento acerca de si es un mero afloramiento de excentricidad, o por el contrario un signo de que quizás la Iglesia dio un giro equivocado hace 50 años.



Traducción: Cardo Ruso, especial para "Sagrada Tradición"





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