martes, 12 de abril de 2016

¿Fornicationis Laetitia?

¡No se lo puede tomar en serio!
Carlos Rah Neriano


El Luteranismo ha ganado Roma.


Decía el gran Cardenal Journet -citado por Antonio Socci en una de sus últimas publicaciones-: «en lo que se refiere al axioma "en donde se encuentre el Papa ahí se encuentra la Iglesia", es válido siempre y cuando el Papa se comporta como Papa y Patriarca de la Iglesia, si este no es el caso ni la Iglesia está en él ni él está en la Iglesia» (http://adelantelafe.com/papa-quiere-ocupar-lugar-dios/). 

Acaba de ser publicada la Exhortación Apostólica PostSinodal "Amoris Laetitia" del Papa Francisco, que habrá que abordar teniendo en cuenta la célebre advertencia de Journet... 

Leamos el fruto exquisito de la "sabiduría pastoral" del "jesuitismo setentista argentino" -de bajo vuelo- que en el numeral 305 del documento (anti)magisterial declara descaradamente:
305. Por ello, un pastor no puede sentirse satisfecho sólo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones «irregulares», como si fueran rocas que se lanzan sobre la vida de las personas. Es el caso de los corazones cerrados, que suelen esconderse aun detrás de las enseñanzas de la Iglesia «para sentarse en la cátedra de Moisés y juzgar, a veces con superioridad y superficialidad, los casos difíciles y las familias heridas» [349]. En esta misma línea se expresó la Comisión Teológica Internacional: «La ley natural no debería ser presentada como un conjunto ya constituido de reglas que se imponen a priori al sujeto moral, sino que es más bien una fuente de inspiración objetiva para su proceso, eminentemente personal, de toma de decisión» [350]. A causa de los condicionamientos o factores atenuantes, es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado —que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno— se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia [351].

Y leamos atentamente la nota 351, donde declara cual puede ser la "ayuda" que la Iglesia les puede dar:
[351] En ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos. Por eso, «a los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas sino el lugar de la misericordia del Señor»: Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 44: AAS 105 (2013), 1038. Igualmente destaco que la Eucaristía «no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles» ( ibíd, 47: 1039).

Si esto no va contra la enseñanza y la práctica de la Iglesia, contra los Sacramentos de la Eucaristía, Confesión y Matrimonio, contra la Teología de la Gracia... entonces que nos expliquen como debería entenderse este número...

El verdadero sentido "AntiMagisterial", de inspiración mundana y antievangélica que empapa las catastróficas disposiciones de este Documento, cambia de plano la teología moral de la Iglesia Católica. Pone todo en manos de la conciencia individual, para la cual la "ley natural" no tiene entidad alguna. Ella [la ley natural] no sería ya una "norma", sino simplemente una "fuente de inspiración". ¡Relativismo de alto vuelo!

¿Alguien nos podría explicar la "continuidad" entre este disparate intragable para cualquier cristiano bienintencionado y la Doctrina Irreformable del Evangelio?

Por supuesto, esta tarea es imposible... simplemente porque aquí hay ruptura, no continuidad... y ruptura importante, pues afecta algo sagrado como los Sacramentos... ¡Es la luteranización de la Iglesia Católica!

Pero no se indigne totalmente por esto... lo peor todavía está en camino... Lea atentamente la denuncia de Don Terzio: 

¿Una constitución apostólica sinodalista?


Preguntamos: ¿Habrá todavía Cardenales, Obispos, Sacerdotes Católicos... que defiendan a la Iglesia de este fulminante ataque que ya está desplegándose?

Un amigo dice que este texto no puede tomarse en serio... es un chiste... una burla... ¡o algo peor!: una herejía.

Pero ¿quien le dirá al Rey que está desnudo?





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