viernes, 1 de febrero de 2013

El Jesuita que niega la realidad del Infierno y del Demonio y forma a los Seminaristas de Barcelona

El Jesuita que niega la realidad del Infierno y del Demonio y forma a los Seminaristas de Barcelona
Severinus Parvus


Un ejemplo de España que guarda mucha similitud con lo que sucede en los Ámbitos Académicos de Argentina, incluidos los Pontificios


HECHOS
  
Se trata de poner en conocimiento y poner en alerta sobre un hecho en el que participó el P. Josep Giménez Melià, SJ, como conferenciante sobre el tema de la escatología, efectuada el día 20 de diciembre de 2012, a las ocho de la tarde, en una sala de conferencias del convento de Pompeya, de los PP. Capuchinos en Barcelona.

Opino que los hechos pueden ser dados a conocer por las siguientes razones:

1. La gravedad de las afirmaciones: negó la realidad del infierno y del demonio como verdades divinamente reveladas.

2. Sus afirmaciones se dieron en acto público: en una sala de conferencias de la calle Riera de Sant Miquel, 1 bis (convento de los Capuchinos de Pompeya, Barcelona), abierta al público y con acceso gratuito y con previa convocatoria y programa públicos.

3. El conferenciante es jesuita y es doctor en teología, profesor de la Facultad de Teología de Cataluña, del Instituto de Teología Fundamental y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona. Colabora como profesor visitante en la Universidad Centroamericana de El Salvador (UCA), y es director de la revista Selecciones de Teología y miembro del área teológica de Cristianismo y Justicia.

4. El contenido de la conferencia se encuentra completamente desarrollada en LES PREGUNTES QUE PORTEM DINS.


RESUMEN 

Aquí se ofrece un esquema sintético que procede tanto de la propia conferencia como de las preguntas y respuestas que se dieron al final de la misma. En esencia expresó lo siguiente:

La escatología o "última palabra" sólo puede proceder de dos sujetos: o del hombre o de Dios.

El hombre nunca tendrá la "última palabra", porque sólo sabe decir que o bien existe el Cielo y el Infierno, o bien sólo existe el Cielo pero ignoran explicar el problema del mal.

Por lo tanto, sólo Dios tiene la "última palabra": sólo existe el Cielo; el Infierno sólo es una posibilidad; el demonio es una personificación del mal; y al final del mundo, Dios salvará a todos, incluidos los pecadores condenados, a través de Jesús crucificado con la asociación y la participación de los "jesucristos" crucificados del mundo, los pobres, oprimidos y marginados.


DESARROLLO

A partir de aquí, se desarrolla más ampliamente lo anterior:

I. El hombre no tiene la "última palabra" :Porque sólo sabe decir que o bien existe o Cielo o Infierno, o bien que sólo existe el Cielo, pero ignora y no explica el sufrimiento de las víctimas y el problema o misterio del mal.

A. "Existe o Cielo o Infierno"

No existe el Infierno, porque:

1. EL MUNDO ES BUENO. En Génesis 1, Dios vio que su Creación "era buena". El infierno es introducir el mal en una Creación que es buena.

2. DIOS ES AMOR. El Infierno va contra la misericordia divina, porque contradice el amor de Dios: sufrir mal eterno.

3. DIOS ES JUSTICIA. El Infierno vulnera la justicia divina, porque es una pena con una duración desproporcionada: la pena eterna espiritual por una vida temporal.

4. LA LIBERTAD COMO REGALO BUENO. El Infierno contradice la libertad que Dios nos ha dado como un don o regalo bueno, porque su mal uso implicaría el mal de la infelicidad eterna.

5. EL INFIERNO ES UNA POSIBILIDAD. El Infierno no ha sido definido dogmáticamente por la Iglesia, por lo que sólo es una posibilidad, no una realidad concreta.


B. "Sólo existe el Cielo"

Si afirmamos que todos vamos al Cielo, así sin más, entonces también todos los malvados irán al Cielo, con lo cual no damos respuesta al problema del mal: no justificamos por qué el malvado, o sea, quien oprimió al pobre, al marginado y al débil, tendrá la vida y la felicidad eternas.


II. Sólo Dios tiene la "última palabra" 

Por todo lo antedicho, sólo Dios tiene la "última palabra", no el hombre. Sólo existe el Cielo, no el Infierno, por las cinco razones antedichas. Los demonios no existen, porque sólo son una personificación del mal.

En consecuencia, todos los malvados de todos los tiempos se salvarán e irán al Cielo. Esta salvación universal de los pecadores se justifica por dos razones:

1. El sacrificio de Jesús en la Cruz, cuya tal fuerza salva a todo el mundo.

2. Los "jesucristos" crucificados (sufrimiento corredentor), el dolor de todos los pobres oprimidos en la historia, que también participan asociados de esta salvación universal de la Cruz. 


REFLEXIONES 


1. Al P. Josep Giménez Melià, SJ.

a) Debería de abrir una profunda reflexión sobre el estado actual de sus enseñanzas de teología católica.

b) Negando las verdades divinamente reveladas, se autoengaña y engaña a los demás: el demonio, el infierno, la condenación y el purgatorio son verdades divinamente reveladas (vea Ad Tuendam Fidem). El infierno es real, no son los demás ni está en la tierra.

c) Se desconoce la diferencia entre dogma y verdad divinamente revelada, y las consecuencias de poner en duda o negar las verdades divinamente reveladas, las verdades definitivas y las verdades seguras (Ad Tuendam Fidem, Código de Derecho Canónico).

d) Se confunde la realidad auténtica del infierno con la posibilidad de ser condenado si se comete un pecado mortal no arrepentido.

e) No existe una Biblia integrada de relatos deformados por intereses políticos o teológicos o por la ignorancia de sus autores, de los cuales cada exegeta debe de revelar el auténtico relato original oscurecido.

f) Se pone en cuestión la inerrancia de la Biblia y la infalibilidad del magisterio del Papa y de los Concilios Ecuménicos.

g) Se ignora la estructura en sistema de red que forman las verdades católicas: la negación de una verdad implica la negación de las que le están relacionadas.

h) Negando el demonio y el infierno, se niegan a otras verdades por conexión: 
- el pecado original (niega a Adán y Eva); el pecado personal, en sus variables de mortal y leve; el pecado social (niega Babel); la Inmaculada Concepción (la segunda Eva, sin pecado concebida).
- los sacramentos del bautismo (pecado original), la confesión (pecado mortal), la confirmación (renuncia a Satanás), la unción de los enfermos y la necesidad de comulgar sin estar en pecado mortal.
- la contrición y la atrición, las indulgencias y los sacramentales.
- la tentación, la posesión, la obsesión, la vejación, la infestación, la maldición y el maleficio, el exorcismo y la liberación.
- el juicio particular y el juicio final.
- el Apocalipsis: las dos bestias del mar y de la tierra, el Dragón, el falso profeta, el anticristo, Babilonia, la prostituta, el fin de los tiempos, la apocatástasis de San Pablo y la Nueva Jerusalén mesiánica.


2. Al Provincial de los Jesuitas de Cataluña, P. Lluís Magriñà, y al Prepósito General de la Compañía de Jesús, P. Adolfo Nicolás Pachón.

Pertenecen a una congregación de casi 500 años de existencia, que ha dado muchos santos y ha proporcionado una ayuda inestimable a la Iglesia, tanto para defender el catolicismo del anarquismo plurimórfico del protestantismo como para la evangelización del mundo.

Además, San Ignacio de Loyola se formó espiritualmente entre Montserrat y Manresa, y la base principal de sus Ejercicios la tomó de la cultura religiosa catalana, principalmente de Ramón Llull.

Sorprende, pues, diversas cuestiones:

a) Que existan jesuitas que nieguen las verdades de fe evidentes, y que además, tengan derecho a docencia, transmitiendo verdaderos errores y falsedades de fe.

b) Que se halle un grupo de jesuitas eneagrámicos en la Escola Ignasiana d'Enneagrama (escolaignasianaenneagrama.wordpress.com), cuando se sabe que el eneagrama es gnosticismo pararreligioso que tergiversa la Palabra de Dios mediante palabras mundanas, según el documento vaticano "Jesús, portador del agua de la vida" (punto 1.4).

c) Que la revista "Quaderns Cristianisme i Justícia" publique sin control teológico estas colaboraciones con graves errores.

d) O por el hecho de que en una iglesia jesuita del centro de Barcelona (Caspe) distribuya la comunión bajo las dos especies haciendo el propio comulgante la intinción del pan eucarístico directamente en el mismo cáliz, acto expresamente desautorizado por la Instrucción Redemptionis Sacramentum (números 103 y 104).


3. Al Arzobispo de Barcelona Cardenal Martínez Sistach y a la Conferencia Episcopal Tarraconense.

Es un buen momento para reflexionar sobre la situación teológica de diversos clérigos, religiosos, teólogos y profesores de teología y religión de la Tarraconense. El objetivo es dar verazmente la Palabra de Dios a los fieles, sin tergiversaciones racionalistas.

Si bien este religioso ha dado enseñanza errónea, al menos ha tenido la valentía de darla públicamente, por lo que nos ha ofrecido la ocasión de conocer el alcance y difusión de los errores dentro de la Tarraconense, como puede también observarse en el artículo de GG del miércoles 2 de enero del 2013.








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