domingo, 4 de mayo de 2014

San Atanasio - Isaac García Expósito

San Atanasio
Isaac García Expósito


Hoy [2 de Mayo: NdE] la Iglesia celebra la fiesta de San Atanasio, uno de mis santos preferidos, por su sabiduría, fortaleza, valentía y testimonio. Ejemplo de Obispo católico. Más de un ordinario – y de dos– deberían seguir el ejemplo del alejandrino, lo más alejado de lo que hoy se considera como políticamente correcto.

San Gregorio Nacianceno le llama «columna de la Iglesia». Él es el Obispo de Nicea, aunque acudiese como secretario de Alejandro, Obispo de Alejandría, a él le tocó lleva a cabo las resoluciones tomadas en el Concilio. Le declaró la guerra al arrianismo y éste intentó destruirlo.

Nació Atanasio en el año 295, en la misma ciudad donde posteriormente sería Obispo, Alejandría. Cuando tenía 18 años, año 313, fue nombrado párroco de Báucalis, en Alejandría, el sacerdote Arrio; diez años más tarde, este presbítero sería amonestado por el Obispo Alejandro. Mientras, unos años antes (319), Atanasio accedía al diaconado

Acompaña el joven Atanasio a su Obispo al Concilio de Nicea, donde se defiende que el Hijo y el Padre son de la misma sustancia –homoousios– frente a los arrianos que declaraban que el Hijo de Dios no era verdadero Dios, sino un dios de segundo orden.

Arrio intentó zafarse de las acusaciones de herejía, haciendo lo que hacen todos los herejes: liar. Utilizando un lenguaje equívoco, Arrio pretendía que cada uno pudiese interpretarlo como lo creyese más oportuno (innegable la actualidad del tema). A pesar de ello fue excomulgado. Curiosamente en esa época los padres conciliares no pensaban que en la Iglesia cupiesen todas las sensibilidades.

Evidentemente los arrianos no aceptaron el término homoousios, porque argumentaban que dicha expresión no se utilizaba en la Sagrada Escritura ni en la Tradición de la Iglesia. Mil seiscientos años después, algún que otro teólogo utiliza el mismo argumento. Extrañas coincidencias.

Tres años más tarde de Nicea, Atanasio sucede a su Obispo. Los arrianos declararon la guerra a Atanasio, uniéndose a los melecianos (330).

La primera victoria de los herejes llegó cinco años después, cuando el Concilio de Tiro depone a nuestro santo: el 19 de Julio del año 335 dio comienzo el primero de los cinco destierros que sufriría nuestra santo. Gobernaba por aquellas fechas Constantino.

A la muerte de este último, sus hijos deciden la vuelta de los Obispos deportados, con lo que San Atanasio llega a Alejandría en el año 337; pero el mismo que lo trajo, Constancio, lo volvió a echar y en el año 339, el sínodo de Antioquía lo depone y lo manda a Roma.

En la ciudad eterna estuvo hasta el 21 de Octubre del año 346. Previamente, el papa Julio I en el año 341 declaró la inocencia de Atanasio, a pesar de las denuncias de los arrianos. La calma duró diez años, ya que los herejes volverían a la carga malmetiendo al emperador Constancio contra Atanasio. El emperador pidió al papa Liberio que lo depusiera de la sede episcopal, pero ni la celebración de dos sínodos (Arlés, 353 y Milán, 355), impidieron que la noche del 8 al 9 de Febrero, mientras San Atanasio celebraba la liturgia en la iglesia de san Teonas, entraran las tropas del general Siriano con el objeto de apresarle. Alejandro huyó al desierto, donde estuvo 6 años. Tercer destierro.

Muere el emperador Constancio y le sucede el Apóstata, de nombre Juliano, que al igual que el anterior, hace volver a los Obispos desterrados a sus sedes. Y tras como llegó, se fue. Sólo le dio tiempo de convocar un concilio, el conocido como concilio «de los Confesores», donde intentó atraerse a los semiarrianos. Pero si el 21 de febrero del año 361 llegó a Alejandría, el 24 de Octubre del mismo año salió de nuevo al destierro: demasiado Atanasio para el Apóstata.

Según el dicho popular, no hay quinto malo, así que tras la muerte de Juliano y la entronización de Joviano, en el año 363 Atanasio regresó a Alejandría. Con este emperador no hubo problemas, especialmente porque duró ocho meses y no le dio tiempo ni a ser malo. Pero lo que no hizo Joviano, lo resolvió Valente: el 5 de octubre del año 365 Atanasio fue desterrado de nuevo. Sin embargo, este destierro fue muy corto, ya que el mismo emperador lo trajo de vuelta a los tres meses. No pudieron con Atanasio.

Cinco destierros en diecisiete años y en ningún momento la fe de Atanasio tambaleó. No dio un paso atrás. Como un león defendió la ortodoxia frente a los enemigos. Subió a la casa del Padre el dos de mayo del 373, hace exactamente 1.635 años. Ya ha llovido desde entonces… sin embargo, los semiarrianos siguen campando alegremente disfrazados de teólogos, confundiendo al pueblo sobre la divinidad de Nuestro Señor.

Yo me imagino a nuestro santo tal como aparece en el icono, con luenga barba, entradas pronunciadas, anunciando la cercanía de la próxima calvicie. Vestido con el polystauron y revestido con el omoforion de lana, símbolo de la dignidad Episcopal y de la oveja descarriada que el Buen Pastor lleva sobre sus hombros para conducirla al redil.

Como dijo Pablo VI, San Atanasio, doctor de la Iglesia, nos interpela hoy a: «Ser fuertes en la fe y coherentes en la práctica de la vida cristiana, incluso a costa de grandes sacrificios».

San Atanasio, ora pro nobis!







Comentario: Pensando en las amenazas que ha recibido el Dr. Antonio Caponnetto de parte de un "Obispo" Católico, comprendemos lo necesitados que estamos de contar en nuestros días con muchos "Atanasios"... ¡Dios nos provea!





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