Cardenales contra Cardenales y muchas ideas erróneas sobre la Familia
Riccardo Cascioli
En medio de las polémicas que, en vistas al próximo Sínodo sobre la Familia, se han desatado sobre todo respecto a la cuestión de la recepción de la Comunión por parte de los divorciados en nueva unión, presentamos una traducción del Blog amigo «La Buhardilla de Jerónimo» de un lúcido artículo de Riccardo Cascioli –publicado en «La nuova Bussola quotidiana»–, en el cual se analiza con precisión la cuestión, afrontando también la polémica provocada por el Cardenal Rodríguez Maradiaga al contestar irónicamente, en una entrevista, las posturas expresadas por el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
No ha bastado la concesión de la púrpura, signo de la confianza que el Papa Francisco deposita en él: el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, continúa siendo objeto de ataques por parte de sus hermanos por haber recordado que no hay ningún problema pastoral por ser resuelto que pueda poner en discusión la indisolubilidad del matrimonio.
El último en enfrentarse con Müller ha sido el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) y Coordinador del Grupo de los 8 Cardenales (G8) querido por el Papa para ayudarlo en el proyecto de reforma de la Curia. En una larga entrevista al periódico alemán “Koelner Stadt-Anzeiger” se dirige al neo-cardenal Müller incluso en un tono un poco sarcástico: “Creo entenderlo –dice Maradiaga–. Es un alemán, debe decirse, y sobre todo un profesor de teología alemán, en su mentalidad está sólo lo que es verdadero y lo que es falso. Sin embargo, yo digo: hermano mío, el mundo no es así, tu deberías ser un poco más flexible, cuando escuches otras voces. Y, por tanto, no sólo escuchar y decir no”.
El tema, como siempre desde hace un tiempo, es el de la comunión a los divorciados en nueva unión, pero también el de todas las situaciones familiares irregulares que hoy plantean a la Iglesia un desafío, como dice Maradiaga. Pero es bueno recordar que Müller nunca ha negado la necesidad de responder a los desafíos pastorales, simplemente ha aclarado que –siendo la Iglesia de Dios– no pueden ser los hombres quienes cambien lo que ha sido revelado. Y lo ha hecho por la necesidad de contrastar la “fuga in avanti” de los obispos alemanes, decididos a cambiar la doctrina en la materia previendo la posibilidad de comunión para los divorciados en nueva unión.