“Evangelii Gaudium” y la Invitación al Diálogo con el Islam
Reproducimos aquí un extracto del artículo de Sandro Magister titulado “Islam y Cristianismo. Donde trastabilla el diálogo”.
ROMA, 30 de diciembre de 2013 – En la "Evangelii gaudium" el Papa Francisco dicta las reglas de la relación con los musulmanes. El jesuita islamólogo Samir Khalil Samir las examina exhaustivamente una por una, y denuncia los límites.
En esa exhortación apostólica del 24 de setiembre del 2013, el más importante de los documentos publicados hasta ahora por Francisco, el Papa ha dedicado al diálogo con los musulmanes los dos siguientes parágrafos:
«252. En esta época adquiere gran importancia la relación con los creyentes del Islam, hoy particularmente presentes en muchos países de tradición cristiana donde pueden celebrar libremente su culto y vivir integrados en la sociedad. Nunca hay que olvidar que ellos, «confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día final». Los escritos sagrados del Islam conservan parte de las enseñanzas cristianas; Jesucristo y María son objeto de profunda veneración, y es admirable ver cómo jóvenes y ancianos, mujeres y varones del Islam son capaces de dedicar tiempo diariamente a la oración y de participar fielmente de sus ritos religiosos. Al mismo tiempo, muchos de ellos tienen una profunda convicción de que la propia vida, en su totalidad, es de Dios y para Él. También reconocen la necesidad de responderle con un compromiso ético y con la misericordia hacia los más pobres.
253. Para sostener el diálogo con el Islam es indispensable la adecuada formación de los interlocutores, no sólo para que estén sólida y gozosamente radicados en su propia identidad, sino para que sean capaces de reconocer los valores de los demás, de comprender las inquietudes que subyacen a sus reclamos y de sacar a luz las convicciones comunes. Los cristianos deberíamos acoger con afecto y respeto a los inmigrantes del Islam que llegan a nuestros países, del mismo modo que esperamos y rogamos ser acogidos y respetados en los países de tradición islámica. ¡Ruego, imploro humildemente a esos países que den libertad a los cristianos para poder celebrar su culto y vivir su fe, teniendo en cuenta la libertad que los creyentes del Islam gozan en los países occidentales! Frente a episodios de fundamentalismo violento que nos inquietan, el afecto hacia los verdaderos creyentes del Islam debe llevarnos a evitar odiosas generalizaciones, porque el verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia».
Los comentarios a la "Evangelii gaudium" han prestado escasa atención a estos dos parágrafos.
Pocos, por ejemplo, han advertido el insólito vigor con el que el Papa Francisco reclama también en los países musulmanes esa libertad de culto de la que gozan los creyentes del Islam en los países occidentales.
Pero quien ha puesto en evidencia este "coraje" del Papa –tal es el caso del jesuita e islamólogo egipcio Samir Khalil Samir– también ha avisado que él se ha limitado a pedir la sola libertad de culto, silenciando la privación de la libertad que obliga a convertirse de una religión a otra y que es el verdadero punto doloroso del mundo musulmán.
El padre Samir enseña en Beirut, Roma y París. Es autor de libros y de ensayos sobre el Islam y sobre su relación con el cristianismo y con Occidente, el último de los cuales fue publicado este año por EMI con el título: "Quelle tenaci primavere arabe" [Esas tenaces primaveras árabes]. Durante el pontificado de Benedicto XVI fue uno de los expertos más escuchados por las autoridades vaticanas y por el mismo Papa.
El pasado 19 de diciembre publicó en la importante agencia "Asia News" del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras una amplia nota de comentario a los pasajes de la "Evangelii gaudium" dedicados al Islam (se puede ver aquí: http://www.asianews.it/notizie-it/Papa-Francesco-e-l%27invito-al-dialogo-con-l%27Islam-29858.html).
Un comentario a dos caras. En la primera parte de la nota el padre Samir saca a la luz "las numerosas cosas positivas" dichas por el papa Francisco sobre el tema. Pero en la segunda parte revisa los límites, con rara franqueza.
A continuación presentamos esta segunda parte de su comentario.